Ja fa dos mesos que em vaig jubilar però quasi cada setmana pujo un dia fins a Valldemossa per disfrutar d´un cafè amb els companys de feina i els amics i amigues que viuen allà.
Algun dia aprofito per fer una visita a algun dels antics pacients, aquells que per un motiu o altre s´ha creat un vincle especial.
I això és el que vull presentar-vos, el dia a dia d´aquesta parella de 86 i quasi 80 anys i 52 anys de casats, en Pedro i na Margalida. Malgrat molts cops que sé cert que els hi ha donat la vida segueixen tenint un esperit alegre i son d´allò més afectuós.
I en Pedro, malgrat el dolor dels seus genolls encara va cada dia al seu hortet a donar de menjar als moixos i les gallines i a cuidar del seu planter o de les seves hortalisses.
Des d´aquí els hi vull agraïr la seva bona disposició a que els seguís tot el dia i la fideua tan bona que ens va fer na Margalida.
Ya han pasado dos meses desde que me jubilé pero casi cada semana subo un día hasta Valldemossa para disfrutar de un café con los compañeros de trabajo y los amig@s que viven allí.
Algún día aprovecho para visitar algún antiguo paciente, sobretodo aquellos que por un motivo u otro se ha creado un vínculo especial.
Y eso es lo que quiero presentaros hoy, el día a día de esta pareja, Pedro y Margalida de 86 y casi 80 años y 52 años de casados. A pesar de los muchos golpes que sé con certeza que la vida les ha dado siguen teniendo un espíritu alegre y son de lo más afectuosos. Y Pedro aguantando el dolor de sus rodillas aún hoy sigue yendo a diario a su huerto para dar de comer a sus gatos y gallinas y cuidar de su plantel o de sus hortalizas.
Desde aquí quiero agradecerles su buena disposición a que les siguiera todo el día y por la fideua tan rica que nos hizo Margalida.
PERO QUE DIVINO REPORTAJE,ELLOS SON MARAVILLOSOS COMO TÚ POR ESO CONGENIASTE CON TODOS LOS "GENIOS"DE
ResponderEliminarVALLDEMOSSA,POR ESO TE QUEREMOS TANTO.MUY HERMOSO.UN
FUERTE ABRAZO SR.PETIT.
Quines fotogràfies tan ben fetes i que recollen tant bé aquesta relació de la parella de vellets!
ResponderEliminarFelicitats!
una abraçada
santi
Me encanta ferran,
ResponderEliminarY un encanto de hombre.
Saludos linda
Hola: me ha gustado tu vision fotografica sobre la pareja ,generalmente me gusta tu vision fotografica . Milu
ResponderEliminarTE AMAMOS FERRAN PETIT !!! Sos tan especial que por eso ese matrimonio tan bello te regala su amor.
ResponderEliminarGracias por compartir
Monica Mar del Plata
Gracias a ellos por mostrar su intimidad y a través de ti ofrecernos este maravilloso ejemplo.
ResponderEliminar¡Cómo retratas la vida! Tu cámara habla. Disparas al corazón
Siempre te lo digo, con tu camara te conviertes en el cronista de la vida, un delicioso y enternecedor reportaje gráfico.
ResponderEliminar¡Qué maravilla, Ferran!
ResponderEliminarEl próximo, el reportaje de los campamentos de regugiados en el Sáhara!!
Yolanda
Ferrán, siempre me ha gustado en tus reportajes, "La simpleza sin estridencias de lo cotidiano". Un abrazo amigo..!!!!
ResponderEliminarque maques nando, n'hi han algunes increibles que donen una sensacio d'estar visquent encara en un temps tranquil i agradable, abraçadeta
ResponderEliminariolanda
Muy inspirador, un descanso para el alma, saber que el amor perdura siempre y se manifiesta en el servicio mutuo. Espero ser digno de el. Gracias por estas fotos.
ResponderEliminarmoltes gràcies per compartir aquestes fotografies son plenes de sentiment, m´ han emocionat .
ResponderEliminarUna besada. !!!
antonia
Los gestos, al contrario de lo que podría esperarse, no caen rendidos ante el avance del tiempo. Tras los días que se encadenan en los grilletes invisibles del tiempo no se desdibuja el movimiento de las manos, la posición de los labios, el giro de los brazos. Más allá de la implacable voz de los años, los gestos se erigen paradoja visible. La piel se arrincona, convertida en surcos delatores, sobre los cuerpos que exploran con torpeza un futuro decididamente breve. Y el gesto aflora, como idioma secreto que conecta el cuerpo envejecido con la naturaleza vital, con el paisaje de un ahora sucinto al que deseamos aferrarnos para no divisar la ausencia de la vida. Los gestos nos hablan, se hablan, son el mismo habla con el que, lentamente, conversamos con el otro, con quien se halla en el andén de la misma estación en la que aguardamos el tren último que nos acercará al último destino.
ResponderEliminarY el gesto es el hilo de luz tenue, pero hermosa, que nos mantiene unidos al otro que late traspasando, como nosotros, el túnel vertiginoso de la vida.
Yo veo ese gesto, el gesto tierno, el instante sencillo exteriorizado desde la calma de la espera, en esta pareja que se besa, se habla y se acompaña a través, precisamente, del reflejo de la voz en silencio, del gesto precioso.
Como siempre, Ferran, gracias por reflejar instantes de belleza que son alimento para nuestra sensibilidad y la capacidad, nunca dormida, de reflexionar y situarnos en la piel y el alma de los “otros”. Un abrazo.